2 de Agosto de 2010
La Romería es un peregrinaje católico en Costa Rica, en lo cual miles de costarricenses acuden a la basílica de Nuestra Señora Los Ángeles, en Cartago, para rendir homenaje a la Negrita, la Santa Negra. Los romeros, o peregrinos, empiezan a peregrinar de todas partes del país para eventualmente llegar a Cartago el dos de agosto. Algunos romeros comienzan la travesía hasta una semana antes del dos de agosto, caminando 280 kilómetros, atravesando por terrenos y climas de todos tipos. Participé en este evento cultural con algunos amigos costarricenses.
No peregrinamos 280 kilómetros, sin embargo nuestro camino no era fácil. Partimos de Tarbaca, lo cual se ubica en las afueras de San José en las montañas, a las seis de la mañana. Porque mi sitio como un voluntario está en el sur del país y hace un tanate de calor, me costó acostumbrarme al clima fresco de Tarbaca en el inicio de la caminata. Me vestí en ropa larga para calentarme un poquito. Nos bajamos del cerro de Tarbaca, pasando por los suburbios de Aserrí y Desamparados, para eventualmente llegar a la carretera principal donde andaban en pelota el resto de los romeros, rumbo a Cartago. Como los indígenas, comimos pejibayes cuando teníamos hambre durante el viaje.
Aunque dije que los peregrinos caminan hacia Cartago, realmente la gente se va en todos tipos de formas. Hay romeros jinetes, romeros ciclistas, romeros motociclistas, romeros atléticos, romeros bebes que van en coche, etc. Además, aunque dije que es un evento católico, muchas de las personas que lo hacen, no son católicos. Por sí, algunos no tiene religión. Un peregrino me dijo a lo largo del camino que lo estaba haciendo por la tradición familiar, diversión, y ejercicio de la caminata.
Duramos 6 horas para llegar a la basílica, donde estuvieron todos los peregrinos - algunos descansando en el parque frente a la iglesia y otros haciendo fila para entrar. Hubo dos filas: una para entrar de pie y la otra para entrar de rodillas. Los que entraron de rodillas, se hincaron y se arrastraron en el suelo hasta que llegaron a la figura de la Negrita. La idea era que los peregrinos hicieran un sacrificio para la negrita o la ofrecieran algo. Entré de pie.
Y como uno hubiera predicho, siempre hay negocios que aprovechan de eventos como esto, promocionando sus productos en el nombre de los romeros y la Negrita. Es decir, mucha comercialización. Asimismo, había una gran cantidad de vendedores de comida, ropa, agua bendecida, eincluso lugares para recibir masajes para esos músculos y huesos que le dolían en el camino.
Aparte de ser algo espiritual, sentí, también, que la romería era un evento recreativo y comunitario, en lo que todos costarricenses - bebes hasta adultos - se reunieron a la vez para compartir. Estoy agradecido para poder hacer la romería con amigos y entender los muchos significativos de esta peregrinación en Costa Rica. Quiero hacerlo el próximo año, pero tal vez, empezando de Ciudad Cortés. ¡Eso sería una tregua! No sé si lo aguantaría.
Carlos
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